El
padre de un gendarme le pide por favor a la ministra de Seguridad, Patricia
Bullrich, una recomposición salarial en el marco de una protesta del personal
de esta fuerza de seguridad. El encuentro fue informal, se llevó a cabo en la
localidad de Aguas Blancas (provincia de Salta) y quedó registrado en un video.
Lo
insólito no fue el pedido de este hombre que aseguraba frente a la funcionaria
que su hijo gana 750.000 pesos mensuales, de los cuales 400.000 se destinan al
alquiler: “Ojalá que se componga esto porque tengo dos nietos en mi casa, no
tienen para comer”, le expresaba.
Tampoco,
si se quiere, fue insólita la respuesta de Bullrich, aunque sí llamativa: “Los
alquileres los vamos a ir cambiando por casas, porque vamos a agarrar todos los
planes Procrear, que son casas”, le aseguraba.
Lo
llamativo en la respuesta es que los planes Procrear fueron dados de baja porel mismo gobierno nacional meses atrás, por lo que el compromiso asumido por la
ministra de Seguridad, indicaría un compromiso de reflotarlos. Seguramente bajo
otra lógica.
Pero
lo insólito de la escena, o lo más insólito, vino horas más tarde cuando elGobierno nacional disolvió por decreto la Secretaría de Desarrollo Territorial,Hábitat y Vivienda, agregando que la decisión “responde a la convicción de que
la política de vivienda debe ser gestionada principalmente por las provincias,
los municipios y el sector privado, reduciendo así la intervención del Estado
Nacional en esta materia”.
En
poco tiempo, parece haberse desactivado esta posibilidad de reflotar un programa
que le permitió a muchos argentinos cumplir el sueño de la casa propia, al
margen de algún aspecto debatible en su conformación.
El
reclamo de los gendarmes
Casualmente,
los gendarmes que suele utilizar el Gobierno para reprimir y/o disuadir
cualquier manifestación por reclamos salarial y otros derechos, o para combatir
el narcotráfico, entre otros delitos, son los que están reclamando “un salario
digno”.
El
lunes, familiares y allegados de estos efectivos, así como de otras fuerzas federales,
realizaron una protesta para que los agentes en ejercicio tengan "un
sueldo digno".
La
convocatoria, que tuvo lugar en el Edificio Centinela, que es la sede de
Gendarmería en Buenos Aires, y en el Monumento a la Bandera, en Rosario, fue
encabezada por allegados, ya que los propios efectivos "tienen miedo que
les descuenten" dinero de sus salarios, según indicaron fuentes de la
organización.
Según
lo informado por una resolución del Ministerio de Seguridad de la Nación en
noviembre pasado y el reclamo de los propios efectivos, el salario de un
gendarme rondaría los 700 mil pesos mensuales.
Este
reclamo había surgido el pasado viernes, luego de que la ministra Bullrich
anunciara un aumento salarial de emergencia del 5% para las fuerzas de
seguridad federales, con el objetivo de frenar el rechazo por los bajos
salarios que venían percibiendo.
La
esposa de uno de los gendarmes, que se encontraba en la manifestación, sostuvo
que el salario que perciben los agentes "es una vergüenza" y que los
mandan a la calle a "combatir el narcotráfico y la delincuencia por 700
mil pesos mensuales".
Otra
de las manifestantes expresó: "Estamos bajo el índice de la pobreza con 15
años de antigüedad. Estamos defraudados. Somos pocos porque están amenazando al
personal. Es una vergüenza que las altas cúpulas no representen a su gente, eso
nos indigna como familia, porque adonde nos mandan, vamos. A la gente que va a
Rosario, a los operativos, le descuentan el viático. Se están olvidando de la
gente que cuida al pueblo".