Nicolás Albera
Fuentes de la Municipalidad de Miramar
confirmaron a Up que apelarán el
fallo de la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Contencioso Administrativo
de San Francisco, que los obliga a desalojar de manera inminente el edificio
donde funciona el Museo del Gran Hotel Viena.
El último jueves se produjo una reunión virtual
entre el intendente de Miramar Gerardo Cicarelli, entre otros funcionarios;
integrantes de la Asociación Civil “Amigos del Gran Hotel Viena” y
representantes de la firma Wandorf Company SA, propietaria registral del
edificio.
Allí, el municipio decidió ir a casación. Se
trata de una instancia judicial superior, aunque no se pudo confirmar si será
en la Corte Suprema de Justicia (donde suele darse generalmente) o en el
Tribunal de Casación de la provincia de Córdoba. Habría tiempo de tomar esta
decisión hasta el próximo 20 de diciembre.
La sentencia de la Justicia de San Francisco,
emitida el 27 de noviembre pasado, revirtió una decisión inicial y retomó una
batalla legal iniciada en 2010, al obligar al municipio que restituya el
inmueble a Wandorf Company SA.
Lo resuelto en el fallo, de 15 páginas, generó
“escalofrío” en esa localidad del extremo este de Córdoba, ya que el hotel es
el corazón histórico y cultural de la región, un símbolo de resistencia de
Miramar de Ansenuza, localidad golpeada por una gran inundación en 1977.
La Asociación Civil Amigos del Gran Hotel
Viena, que gestiona el sitio bajo comodato municipal desde 2005 y lo ha
convertido en el principal atractivo turístico de la zona, levantó la voz en un
“grito desesperado”. Para ellos, el Museo es el “testamento de una comunidad
que se negó a morir”.
Titularidad registral
Wandorf Company SA interpuso la demanda de
desalojo en 2010, que se sustenta en la titularidad registral “indiscutible”
del inmueble. La propietaria argumenta que el ingreso inicial de la
Municipalidad, ocurrido a fines de los años 1980, tuvo únicamente el objetivo
de “resguardar (el hotel) de intrusos y daños” cuando este era inaccesible por
el avance del agua de la laguna.
El eje central de la apelación de Wandorf es la
figura de la Intervención del Título. Al respecto, se señala que el ingreso
municipal fue un acto de tenencia, no de posesión con ánimo de dueño. Según la
documentación, la Municipalidad ingresó con el conocimiento de que el inmueble
tenía un “dueño”, para lo cual se cita la ordenanza 17/88 y una nota de la
Dirección Provincial de Catastro de 1996.
El abogado de la propietaria señaló que el
exintendente, si bien reconoció que pretendía usucapir (adquirir por
prescripción), nunca inició el trámite legal, con lo que confirmó de modo
implícito la dudosa base del supuesto “ánimo de dueño”. Además, según Wandorf,
actos como pagar la energía eléctrica o realizar mejoras de mantenimiento son
comunes en un mero tenedor y no prueban por sí mismos el deseo de ser dueño.
El municipio tiene otra versión
Por su parte, la Municipalidad de Miramar
sostiene que desde 1988 ha actuado “en forma pública, legítima, pacífica e
ininterrumpida” como “verdaderos dueños”. El argumento de la Comuna se basa en
diversos actos de dominio, como la promulgación de ordenanzas. Entre ellas, se
mencionan la N° 496/99 y la N° 752/2005, que declararon al Gran Hotel Viena
como “Patrimonio Histórico Cultural Municipal”.
El municipio también cita la explotación
turística constante y organizada del sitio desde 2005 a través de la Asociación
Civil. Para la Municipalidad, incluso la afirmación de Wandorf en una misiva de
2010 (que el municipio “explota el inmueble con fines turísticos”) es prueba de
que la posesión estaba en manos municipales.
Ante el riesgo de que el “coloso de Ansenuza”
caiga víctima de un “drama legal” o del olvido, la única vía de escape, según
claman los Amigos del Viena, es la acción política.
Exigen la expropiación inmediata del inmueble
por parte del Gobierno provincial o nacional, para garantizar así que el
“símbolo de resistencia” se convierta en un bien público innegociable. La
localidad de Miramar de Ansenuza, distante 197 kilómetros de la Capital, espera
la definición de esta polémica, ya que su historia “corre el riesgo de ser
desalojada”. (Con información de El Diario del Pueblo).