Diego
Angiolini (50) estuvo más de 30 años conectado con la
música en San Francisco. No por ser un cantante de alguna banda o su
guitarrista taquillero, sino como Dj (Laser Music) y también propietario de la famosa
disquería “El Milenio”, a metros del
camino interprovincial.
¿Quién no iba del Diego a buscar el último casete
o compact disc de “La Mona” o de “Los Redondos” para escucharlo en el musiquero
de casa o del auto? Todo cuando YouTube o Spotify ni siquiera eran un proyecto. Las
entradas para eventos o póster de los artistas del momento también.
Pero el paso del tiempo trajo avances
tecnológicos y estas plataformas que fueron apareciendo se consolidaron. Así
fue que muchos rubros empezaron a recorrer su camino final. Le pasó a Angiolini
con su disquería, pero con ingenio y sobre todo astucia logró reinventarse.
Hoy su histórico local de Bv. 9 de Julio a
metros del “inter”, se transformó en un maxikiosco muy activo gran parte del
día. Pero además, desde hace casi un año abrió las puertas de su propio
restaurante e instaló el “mejor patio cervecero de esta zona”: Milenio Resto Bar (@milenio.restobar),
en Brigadier López 250, a la vuelta.
Es aquí donde las tardes-noches de verano se
volvieron paso obligado para quienes buscan disfrutar de un placentero momento.
Además de la variada bebida, con el chopp siendo caballito de batalla, la parte
gastronómica se completa con parrillada, minutas, pastas y sandwichería.
De la curiosidad al negocio
Angiolini asume que siempre fue muy curioso
respecto a la comida en sus años de Dj. Pasó por miles de fiestas, de eso no
hay duda: “Esa curiosidad me sirve para hoy armar la carta y dar sugerencias de
cómo quiero que estén armados ciertos platos”, cuenta.
Sobre la carta del Milenio Resto Bar expresa
que es “muy amplia”, un llamador clave para los comensales. Sostiene también
que pudo armar “un lindo grupo” tanto detrás de la cocina como por delante:
“Tengo gente que realmente se pone la camiseta y hoy los resultados se están
viendo. Llevamos muchos fines de semanas que si no reservan mesa es muy difícil
que encuentres lugar, salvo que tengas suerte y llegues en el recambio”, remarca.
Destaca el patio cervecero con césped, que
“genera un ambiente fresco y que la gente lo prefiere, sumado a precios súper
accesibles”. Esta puede ser una explicación al éxito. O una de ellas.
“Nuestros tres puntos clave son comida
riquísima, platos híper abundantes y la carta es súper barata”, resalta.

Angiolini se define “buscavidas” pero sobre
todo un “laburante” que supo reinventarse en varias oportunidades.
El Milenio, una disquería a la que todos iban
La historia comenzó en el año 1999 cuando con
su esposa decidieron comprar una disquería que funcionaba en camino interprovincial,
a quien hasta ese entonces le grababan algunos casetes. Cuando decidieron
hacerse cargo del local, rápidamente lo llamaron El Milenio por el cambio de
siglo que estaba a la vuelta de la esquina. Pronto, con el crecimiento y la
ambición de crecer, decidieron mudarse a otro local, el de Bv. 9 de Julio al
13, donde permaneció durante más de dos décadas.

“Desde el inicio le pusimos mucho esfuerzo,
dedicación y horas de trabajo. Siempre creí que el crecimiento de un negocio no
depende de la facilidad, sino del empeño, la constancia y la vocación.
Trabajábamos las horas que fueran necesarias, incluso fines de semana”,
recuerda.
Histórico Dj
La relación con la música inicia desde muy
pequeño. Con solo 14 años compró sus primeros equipos para laburar de Dj y
desde allí no paró más hasta transformarse en uno de los principales
musicalizadores de la región centro.
Pasó más de 35 años de su vida ofreciendo el
servicio en fiestas, eventos y boliches. Hasta que en 2024 decidió colgar los
discos por agotamiento y pasar a una nueva etapa.

“Arranqué a los 14 años como Dj, abrí mi
empresa de eventos, le dediqué 35 años hasta que me cansó, me saturó,
necesitaba un cambio por esa razón dejé”, comenta Angiolini y recuerda con
mucha nostalgia: “Hicimos eventos de varios famosos, fiesta de 15 años a la
nieta del dueño del hotel Amerian, en Carlos Paz; casamiento en Córdoba de
Diego Osella, jugador de básquet; el casamiento en Arroyito de Matías Pérez
García cuando jugaba en Tigres. De igual manera para nosotros todos los
clientes eran importantes”.
Hombre de radio
La otra pasión que tiene Diego está puesta en
la radio. El musicalizador trabajó en sus primeros años como operador, pero
rápidamente también tomaría las riendas del micrófono para conducir y producir
varios programas en diferentes FM de la ciudad y zona.
“La magia de la radio es hermosa”, recuerda al
asegurar que lo seguiría haciendo si se da la posibilidad.
“Trabajé mucho en radio como operador y como
locutor, en el equipo de Ricardo Martino, en Radio Contacto, yo hacía la voz
comercial. Trabajé en Atenas 1 tres años, en Fm Cristal en Devoto 1 año y
medio, en la Radio de Cosmopolita, en la radio de Di Monte en el pasaje, en
radio Melody que estaba por calle Mendoza, Fm10, por todos lados. Empecé como
operador, pero terminé como locutor, teníamos un programa que se llamaba Locos
por la Música que hasta hoy en día me cruzan por la calle y me lo recuerdan. La
radio tiene mucha magia, la radio en esa época era muy escuchada, trabajábamos
muchísimo”, afirma.

Sin embargo, los quehaceres en sus negocios lo
hicieron dar un paso al costado: “El negocio me dedicaba mucho tiempo y por ahí
tuve que priorizar lo mío, y dejé la radio. Tengo tres hijos, y en algunos
momentos de la vida tenés que decidir, si no podés abarcar todo hay que tomar
decisiones, ver con qué te quedas”, cierra.
