Finalmente esta semana podría ser decisiva para la mujer que profanó una tumba en el cementerio de San Francisco el pasado martes 6 de agosto. Es que según fuentes judiciales, llegó el momento de que se le practiquen las pericias psicológicas y psiquiátricas para determinar la imputabilidad de la acusada.
Mientras tanto la mujer de apellido Benítez, continúa bajo tratamiento psiquiátrico ambulatorio y está imputada por el delito de daño calificado.
(Video) Tumba profanada en San Francisco: a qué se dedicaba y qué pena puede recibir la mujer imputada
La fiscalía a cargo de Oscar Gieco avanza con la investigación para determinar el móvil que llevó a una mujer a profanar una tumba y acceder a un cadáver para cortarle dos dedos. Aunque lo hace de manera lenta.
Por un lado, debido al estado de depresión de la imputada que todavía sigue con tratamiento psiquiátrico ambulatorio, luego de ser internada en el área de salud de mental del Hospital Iturraspe. Esta situación provocó que aun no fuera indagada.
Por otro, una de las hipótesis con las que trabajan los pesquisas es que la mujer habría sido influenciada por un especia de "chamán" que la invitó a cometer un acto de brujería o desechar alguna especie de maldición en su contra con este accionar en el cementerio municipal.
Sus primeras declaraciones espontáneas al ser detenida habrían sido que fue influenciada por un hombre colombiano, un personaje de esta historia que todavía no habría sido identificado. Asimismo, se aguarda que peritos informáticos investiguen el celular de la acusada para conocer sus últimos contactos y comunicaciones.
La mujer de 36 años, de apellido Benítez, residía hace unos diez años en San Francisco, se desempeñaba como personal de limpieza y también cuidaba ancianos. Sin embargo, ella y su familia son oriundas del norte de Santa Fe.
La imputación actual es de daño calificado, que en caso de ser condenada podría recibir una pena que va desde los 3 meses a los 4 años de prisión.
Qué se sabe hasta el momento
En la madrugada del martes 6 de agosto, Benítez fue encontrada en el sector 6 del cementerio de la Municipalidad de San Francisco. Es un lugar abierto por Av. Savio, que no está perimetrado y es de libre acceso.
La descubrieron por un alerta de vecinos que pasaron por el lugar. La mujer llegó en una moto, tenía una pala con la que hizo el pozo y con una tijera de podar le cortó los dedos índices de cada mano al cadáver de una mujer que se encontraba sepultada en ese sector.
La situación motivó su detención y el traslado posterior al Hospital Iturraspe para ser evaluada su condición psiquiátrica. Presentaba en primera instancia un cuadro agudo de depresión.
"La semana que viene vamos a realizar una pericia con un perito oficial para determinar si al momento de los hechos comprendía la criminalidad de sus acciones y no tiene ningún problema psiquiátrico", adelantó Gieco en diálogo con Up.
El estado depresivo, agregó, pudo haber sido agudizado por la falta de medicación. Aunque eso tiene que definirse.
- ¿Qué puede decirnos de la versión del chamán?
- Espontáneamente en sus primeros dichos, la imputada comentó a los policías que había llegado a ese lugar por motus propio, pero a través de las indicaciones de un supuesto chamán. Según habría dicho era el último paso para liberarse de un trabajo, entre comillas, que le habían hecho a ella. Este trabajo era cortar los dedos índices de una persona que estuviera secuestrada en el cementerio.
- ¿Conocía a la persona fallecida?
- Creemos que no. Que casualmente fue al azar que encontró a esta mujer de 93 años que hacía un mes aproximadamente que había fallecido y estaba en esa fosa al ras del piso.
- ¿Pudieron identificar al supuesto chamán?
- Estamos esperando la apertura del teléfono. Y esto lo está evaluando Policía Científica especializada para determinar si esta persona existía o es imaginación o fantasía de la imputada.
- ¿En su trayectoria judicial le había tocado una escena de estas características?
- Tuvimos casos de profanación de algunas tumbas, pero con robos. Pero la verdad con cortes de dedos sobre un cadáver en mis años nunca lo había visto.