Nicolás Albera
Un
hombre de 23 años fue condenado por la Justicia de San Francisco a diez años de prisión por los delitos de
“tentativa de homicidio doblemente calificado y privación ilegítima de la
libertad calificada”, en un caso que conmocionó en 2023 a la localidad de
La Francia, distante a 53 kilómetros de San Francisco.
Los
hechos imputados ocurrieron en el marco de una relación de pareja que se tornó
en poco tiempo conflictiva y en el que –determinó la Justicia- Romina Bessone (37) fue víctima de
violencia de género por parte de Marcos
Sfiligoi (23), quien fue hallado culpable.
El
juicio, con jurados populares, se llevó adelante en los tribunales locales a
inicios de junio pasado y los fundamentos del fallo se conocieron esta semana.
Sfiligoi
es oriundo de Jesús María pero llegó a La Francia para trabajar en el rubro de
la construcción. Allí conoció por redes sociales a Bessone, con quien terminó entablando
una relación amorosa. Todo se dio tan rápido, a tal punto de llegar a una
convivencia tras 15 días de noviazgo.
Intento de femicidio
Según
la acusación, el 27 de mayo de 2023, en horas de la siesta, se produjo el intento
de fermicidio que Bessone, sola ante su agresor, logró evitar.
Lo
que quedó demostrado durante las audiencias es que el vínculo entre ambos se
desarrolló en un contexto de “malos tratos, forjado por los celos del imputado,
quien además sufría adicción a las drogas”, precisamente cocaína.
Para
la querella, Sfiligoi tenía “obsesión por controlar el teléfono y las
relaciones afectivas de la víctima, logrando así aislarla de sus círculos sociales
e impidiendo su desarrollo libre como mujer”. Asimismo, se agregó, “en forma
sistemática, prolongada y reiterada la sometía mediante hostigamiento, control
y maltrato, asumiendo una postura desigual de poder”.
El
día del feroz ataque, la mujer se encontraba acostada en el dormitorio cuando se
generó una discusión entre ambos. La situación subió de tono y Sfiligoi tomó
con fuerza a Bessone de su brazo izquierdo “torciéndoselo” y portando en su
mano un cuchillo de cocina de unos 25 cm. de largo.
Provisto
de esa arma blanca, le aseguró que la iba a matar. Le arrojó una puñalada a la
altura del estómago, aunque Bessone reaccionó rápido y puso su mano evitando
la finalidad criminal. Eso le valió un profundo corte en los dedos de su mano
izquierda.
Ante
la gravedad de la herida, la llevó bajo amenazas y todo tipo de insultos a un centro de salud para que le practiquen
curaciones. Ante la consulta de una enfermera sobre qué le había pasado, la mujer
decidió mentir: “Me lastimé cortando unos tomates”, respondió.
Al
volver a la casa, continuó el calvario. El agresor
comenzó a golpearla nuevamente, esta vez con su puño en el brazo izquierdo de ella y luego la tomó del
cuello para ahorcarla hasta que tomó una almohada y decidió asfixiarla.
En
el expediente, se cuenta que la víctima en su desesperación le dijo que si iba a morir quería
despedirse de sus dos hijos e inmediatamente se quedó quieta. La actitud provocó que
Sfiligoi cese en el intento de asesinarla.
Luego
de ese violento episodio, durante dos días la mantuvo secuestrada e
incomunicada en la vivienda que ambos compartían. El
foco del conflicto habría sido en ese momento un mensaje de un hombre hacia la mujer en la
cuenta de Facebook que pertenecía a los dos.
La versión de la víctima
En
los fundamentos se puede conocer el relato de Bessone, quien comentó cómo fue
el momento en que casi pierde la vida en manos de su pareja.
“Él
había creado una cuenta de Facebook en mi celular. Yo acceso no tenía, solo él
podía entrar y subía fotos mías, y las etiquetaba, o ponía cosas como si fuera
yo, diciendo que lo amaba. El problema arrancó porque una foto que el subió
recibió un comentario de que estaba cada día más linda o algo así. Yo no
conocía a esa persona que comentó la foto, porque ni siquiera como amigo lo
tenía. Yo fui al dormitorio donde estaba él y me pregunta: ¿esto qué es Romina?
Le dije que no sabía. Me senté en la cama y comenzó a insultarme y a pegarme”,
explicó la víctima.
Bessone
aseguró que se enamoró de Sfiligoi pero admitió que por esta relación terminó
apartada de su familia y sus amistades.
Días
después del intento de femicidio, la mujer volvió a salir y decidió contar su
calvario a dos mujeres conocidas que se cruzó mientras realizaba unas compras. Una
de ellas prometió ayudarla.
“A
los 30 minutos vuelvo a mi casa y me golpea la puerta la policía. Yo no
entendía nada porque no había llamado. Entonces me interrogan y me llevan al
hospital. No sé después que pasó. Pero si me enteré que en un domicilio de un
amigo de él encontraron el cuchillo”, explicó.
Después de denunciar
Bessone
narró que cuando volvió a la casa después de denunciar encontró una soga arriba
de la cama y una carta donde el agresor le pedía perdón: “Si yo no hubiera
encontrado a estas chicas, no lo habría denunciado. Antes de estos hechos también
hubo situaciones de agresión y de celos, me había empujado algunas veces. Él se
iba a la obra, se llevaba mi teléfono y contestaba mis mensajes como si fuera
yo”.
Sfiligoi
terminó detenido y llegó al juicio en el mes de junio en esa condición. Durante la audiencia dio otra
versión de los hechos y ubicó a Bessone como una persona “muy celosa” que lo
amenazó de muerte y que tuvo miedo de ser asesinado.
Finalmente, tanto los jueces técnicos como los jurados populares decidieron su pena.