Córdoba vivirá una elección de medio término
este domingo 26 de octubre como hace tiempo no vivía. Aunque son 18 las listas
que se sumaron a la contienda, dos de ellas se robaron la atención porque se
enfrentarán pesos pesados: el ex gobernador Juan Schiaretti y el presidente Javier Milei, pese a que este último no participa de manera
directa.
El resultado marcará sin dudas los dos años que
le restan de gobierno al libertario, aunque una derrota en la provincia donde
arrasó hace dos años le dará sin dudas un mensaje.
La Libertad Avanza eligió una estrategia con candidatos
de poco conocimiento público. La lista la encabeza Gonzalo Roca, hombre cercano al referente violeta de Córdoba, Gabriel Bornoroni. Es por eso que en
campaña emergió la figura de Milei con tanta fuerza.
Hace unos meses atrás, desde el entorno del
Presidente proyectaban una cosecha de hasta seis bancas para Diputados. Pero,
como se dice, pasaron cosas: jubilados, discapacidad, universidades, presuntas
coimas, Espert, etcétera. Esto sumado a la recesión y el impacto del ajuste en
la economía familiar.
En el caso que haya un triunfo, seguramente
será por la mínima. Pero si hay una derrota, deberán tomar nota de todo lo
ocurrido en ese tiempo donde el panorama cambió rotundamente.
El PJ quiere aprovechar el momento
En el caso de Provincias Unidas se generó toda
una comunión detrás de Schiaretti, la figura fuerte a la que apostó el gobernador
Martín Llaryora para sacarse de
encima la mufa de las derrotas que a lo largo de los últimos años golpearon al
peronismo cordobés en cada legislativa. El mismo mandatario provincial puede
dar fe de ello porque en algún momento le ha tocado perder duro en una
contienda de este tipo.
Desde oficialismo hablan de que puede darse “una
elección histórica”, pero al mismo tiempo llaman al electorado a presentarse a
votar el domingo. Pero también es un mensaje puertas adentro: todos a trabajar
por un triunfo que debe darse sí o sí en cada rincón de Córdoba. Teléfono para
los intendentes.
Schiaretti en este contexto tiene la obligación
de vencerlo a Roca. Su figura se impone ante un candidato ignoto. El PJ, por su
parte, arriesga dos bancas, pero probablemente consiga alguna más.
Un triunfo le dará fuerzas no solo a Llaryora
sino a este armado nacional de los gobernadores que buscará salir airoso
pensando en las presidenciales del 2027.
Natalia, la tercera en discordia
Natalia
de la Sota emerge con su figura desde Defendamos Córdoba para
demostrar que la polarización no es tal. La hija del “Gallego” se muestra
confiada de poder conservar su banca, lo que le dará cuatro años más de
visibilidad en la escena política nacional. Le restará votos a Schiaretti, sin
dudas, pero también al kircherismo -con Pablo
Carro a la cabeza-, que, ¿tiene certificado de defunción en Córdoba después
del domingo?
Y entre los candidatos restantes, seguramente
le quiten votos a La Libertad Avanza. Algunos creen que se van a poder meter,
aunque entienden que no será fácil. ¿Agustín Spaccessi (Partido Libertario), Oscar Agost Carreño (PRO), Pablo Martelli (Partido Demócrata) y
Aurelio García Elorrio (Encuentro por la República) podrán anotarse?
El caso del radicalismo es especial. Su candidato
Ramón Mestre la tiene difícil, pero
el centenario partido tiene sus adeptos a lo largo y ancho de la provincia.
Hoy, su performance es una incógnita.