Rodrigo De Loredo cerró el año
con el clásico de siempre: en su casa, con clima doméstico, casi 200 invitados
y un mensaje para adentro del radicalismo. El brindis de fin de año de su
espacio fue algo más que un encuentro social: fue la confirmación pública para
su tropa, de su candidatura a gobernador para 2027.
La invitación fue tan amplia, o
tan selectiva, como permite una decisión personal. El encuentro era para los
considerados “propios”. Y en esa selección, las ausencias terminaron diciendo
tanto como las presencias.
Los no invitados, no pasaron
inadvertidos. Como era de esperar, Ramón Mestre no fue invitado. El
enfrentamiento entre el ex intendente de la capital y De Loredo, hace tiempo
que no disimula las grietas y parece no tener retorno. Pero sí llamó la
atención la ausencia de Dante Rossi, quien directamente no recibió invitación, publica el diario Alfil.
Puertas adentro de la UCR,
comenzó a circular una versión incómoda: la existencia de una especie de “lista
negra”. Según algunos de los presentes, Rossi pasó a la lista negra por su
desempeño en la Legislatura, el bloque propio y algunas “rebeldías” políticas,
que costaron explicar. Tampoco fue invitado su socio político, el intendente de
Mina Clavero, Luis Quiroga.
Consultado por su ausencia, Rossi
dijo:
“Algunos radicales son como los
kirchneristas. Si no pensás igual o tenés matices, sos un enemigo. La UCR antes
de pensar en alianzas tiene que unirse sobre la base de ideas comunes, nunca
con imposiciones. Han cerrado el debate y creen en una verdad única”, disparó.
En la misma lista de ausencias quedaron
excompañeros de bancada de De Loredo en Diputados, como Luis Picat y Soledad
Carrizo, otro dato que alimentó la lectura del reordenamiento interno.
Calor, pata y territorialidad
El encuentro fue al mediodía,
pensado para los correligionarios del interior que peregrinan hasta la Capital
y luego deben volver a sus localidades. El termómetro no ayudó: el pronóstico
anunciaba 35 grados, pero el calor cordobés superó largamente esa marca. Hubo
gazebos, hielo y mucha bebida para bancar el “calorón”. La reunión se puso linda cuando mermó el
calor y dio hasta la noche.
El menú fue pata, de cerdo y de
vaca, con empanaditas de copetín como antesala. Pero el sello político estuvo
en la picada improvisada: cada dirigente llegó con embutidos y quesos de su región.
En esa mesa larga, Córdoba se recorría por sabores.
El Foro de Intendentes Radicales
tuvo su momento. Roberto Casari, intendente de Vicuña Mackenna, fue claro al
expresar el respaldo: aseguró que todos van a “sinergiar” el trabajo
territorial de cada municipio con la candidatura a gobernador de De Loredo.
De Loredo viene repitiendo una
idea clave: el respaldo de los intendentes es la base de su lanzamiento. Confía
en que serán el motor territorial de su proyecto y destaca la experiencia de
gestión de ellos y de sus equipos como sustento de un eventual gobierno
provincial.
Karaoke, socios y déjà vu
Hubo show en vivo desde temprano,
pero el clima se descontracturó aún más cuando los intendentes tomaron el
micrófono y arrancó el karaoke. Cerca de las seis de la tarde, el dueño de casa
también se animó a cantar.
Marcos Ferrer, presidente de la
UCR Córdoba y socio político de De Loredo, también tomó la palabra para
ratificar el acompañamiento.
El cierre fue del protagonista.
Con un inevitable déjà vu del almuerzo de 2024 ya había insinuado su
candidatura, esta vez el mensaje fue explícito y con agenda de gestión:
“En 2026 debemos decirle a los
cordobeses cómo les vamos a bajar los impuestos, cómo vamos a disminuir la
burocracia, cómo vamos a recuperar la educación, cómo vamos a enfrentar la
inseguridad y cómo vamos a garantizar que no haya ni un solo chico en Córdoba
sin su plato de comida todos los días”, dijo.
Con el lanzamiento consumado y los
alineamientos en marcha, febrero marcará el inicio de la recorrida. El
radicalismo, mientras tanto, empieza a leer quiénes están adentro… y quiénes
quedaron del otro lado de la tranquera.