Nicolás Albera
Lucía Claribel Montaño (23) no soportaba más su relación de
pareja con Drago Demetrio (19), con
quien tenía una pequeña hija. Desde hacía un tiempo venía pergeñando la manera
de cortar una relación marcada por la violencia de género y los engaños. El 16
de noviembre del año pasado, en horas de la tarde, se lo dijo a una amiga muy
cercana. Sin embargo, todo quedó en una intención ya que apareció muerta horas
más tarde.
El cuerpo
de la mujer fue hallado en un descampado en la localidad de Saturnino María Laspiur,
a pocos metros de la improvisada carpa de lona en la que vivían los tres. Estaba
boca arriba, vestida con una pollera larga de color negro y a pocos metros se
encontraban sus suecos turquesa, que habría perdido mientras intentaba huir de
su atacante.
Los dos
pertenecían a la comunidad gitana de la ciudad de Deán Funes, en el norte de
Córdoba, pero por problemas del joven a causa de la delincuencia terminó en la
pequeña localidad del departamento San Justo, llevados por los padres de este
último.
Este miércoles,
el femicidio llegó a la sala de audiencias de la Cámara del Crimen de San Francisco. El único acusado es Demetrio,
imputado por “homicidio calificado por mediar relación de pareja y violencia de
género”.
La acusación
a Drago Demetrio
Según la
acusación que lleva adelante la fiscal de Cámara del Crimen, Consuelo Aliaga, entre el 16 y 17 de
noviembre del 2024, Demetrio mató a su pareja en el terreno donde se encontraba
montada su carpa, un toldo conformado por una lona y sostenido con maderas.
Durante la
noche, la pareja habría mantenido una discusión que terminó desatando una riña
en la que ambos se provocaron lesiones. Lucía logró salir de la carpa pero a
pocos metros fue interceptada por el hombre, quien la retuvo y logró sofocarla
ejerciendo presión sobre sus vías respiratorias y tórax, provocándole la
muerte. La autopsia confirmó “asfixia
por sofocación con presión de vías respiratorias y presión torácica”.
“Fue el
extremo final de un continuo proceso de violencia sobre la mujer”, sostuvo
Aliaga, argumentando que desde el inicio la relación estuvo atravesada por la
violencia psicológica, económica y física. Agregó que el hombre solía aislarla
e incomunicarla por celos.
La
detención de Demetrio se produjo al momento, mientras dormía en la carpa junto
a la niña que se encontraba en buen estado de salud. El hombre en su defensa habría
querido imponer la idea de que Lucía amenazó con matar a la beba y que él debió
actuar en defensa propia. No le creyeron.
Hechos previos
al femicidio
Este jueves
pasaron cuatro testigos por la sala. Al menos tres de ellos, confirmaron el
calvario que fue la vida de Montaño desde los 14 años. Coincidieron que fue
violentada por sus dos parejas y también engañada: primero con “Belco”, con
quien tuvo tres hijos varones y luego con Demetrio alias “Kiko”, con quien
tuvieron a una hija.
Si bien
vivía en Deán Funes, la mujer recaló en Laspiur porque su pareja había robado
la rueda de un vehículo, situación que quedó registrada por cámaras de
seguridad. Con la ayuda de su padre, huyeron hacia esta región para no ser
detenido.
Solange Miguel (27) era tía de Lucía, aunque reconoció que se
criaron juntas y eran como hermanas por la cercanía en la edad. Contó que la
supo ver con marcas en su cuerpo, producto de los golpes de su pareja: “Ella siempre
se quería ir de su lado, pero después volvía. Viajaba a vender a Jesús María en
colectivo estando embarazada; él (Demetrio) iba con ella y se quedaba con la
plata para comprar droga”, declaró.
Otra testigo
fue Tatiana Demetrio (32), en pareja
con el primo del imputado. También reconoció una relación “casi como hermanas”
con Lucía. Contó que el sábado 16 de noviembre del año pasado, horas ante del
asesinato, estuvieron juntas en su casa: “La fui a visitar y me pidió que la
traiga a mi casa porque ese día hacía mucho calor y ella no tenía nada de
sombra donde estaba la carpa. Vinimos a casa, tomamos algo, bailamos y ella
después se durmió un rato y yo cuidé a la nena. Más tarde comimos”, empezó
relatando.
Ya cayendo
la noche, Demetrio llegó al lugar y le dijo a su pareja: “Estabas acá, puta”. Se
quiso llevar a su hija pero la mujer se negó, entonces se fue. Luego, Lucía le
pidió a Tatiana y a su marido que la lleven a la carpa, distante a unas 15
cuadras de donde estaban. La pareja se quedó un rato en el lugar y al ver que
no hubo discusiones se fue.
Reconoció
en la sala que la víctima le contó que con Drago “no iba a tener futuro”, por
lo que tenía intenciones esa noche de marcharse con la niña a Deán Funes para estar
con sus otros tres hijos. “Con la plata que cobraba de una asignación compraba
algo de ropa para sus hijos varones, y comida, pero lo otro se lo sacaba Kiko. Ella
se separaba esa noche, se quería ir a escondidas”, agregó Tatiana.
Un testimonio
importante fue el de Carla Miguel
(43), tía de la víctima, quien explicó por qué Montaño volvía con Demetrio pese
a las situaciones de engaño y violencia sufridas: “La tenía amenazada con
matarle sus dos hijos varones más chicos, por eso no lo denunciaba”, dijo.
“Era
como una hija para mí”, dijo al quebrarse emocionalmente y destacó que sufrió
violencia de género con las dos parejas y hasta con el padre de Demetrio.
Luego contó
que “Belco” (así lo mencionan) y Demetrio son primos hermanos y que la familia
de este último debió pagarle al primero entre 800 mil y un millón de pesos, por
generar una separación: “Belco se iba de gira (a vender de forma ambulante en
la jerga gitana) y no la llevaba porque aprovechaba a engañaba. Entonces ella
se refugió en Drago. Ahí aprendió a drogarse. A Belco no le importó perder a la
madre de sus hijos, sino que quería dinero”, cerró.
El juicio
tendrá continuidad este viernes, donde esperan los alegatos de la fiscal Aliaga
y de la defensora pública Marcela Beccaría. Luego, será el veredicto final en
manos de los jueces y los jurados populares.