La sensación de impotencia, indignación y
violación de intimidad es muy grande. Esto es que lo pasaron varias familias de
San Francisco el año pasado cuando delincuentes, organizados en banda y que llegarían desde Córdoba,
ingresaron a varios domicilios para sustraer elementos de valor, mucho dinero y
escapar.
Entre julio y noviembre fueron muchas las
familias que fueron blanco de esta modalidad. Y de hecho hay una investigación
por parte de la Fiscalía de 2 turno a cargo de Silvana Quaglia que logró
desarticular una banda de cordobeses y tiene a tres detenidos acusados de cometer algunos de estos hechos. Sin embargo, hay otros robos domiciliarios y
millonarios que todavía no fueron esclarecidos y los damnificados piden
justicia.
Es el caso de María y Juan (Nombres ficticios
por seguridad), de barrio Roca, quienes se animaron a contar en UP después de
mucho tiempo el trauma que les tocó a travesar.
El hecho fue el 5 de julio pasado, cuando la
pareja se retiró del domicilio cerca de las 21 para regresar a las 23.15. Allí
se encontraron con el peor escenario, todos los ambientes de la casa totalmente
revueltos.
Al revisar la casa, observaron que los ladrones
ingresaron por la puerta de la cocina que comunica a una galería que da al
patio de la propiedad y salieron por la puerta principal del living.
“Corroborado que habían abandonado la casa,
procedimos a revisar daño causado: nos robaron todos los elementos electrónicos
(televisor, computadora, etc.), y como no les fue suficiente, hicieron
"shopping" llevándose ropa de mujer y hombre, zapatillas, perfumes,
cremas de la cara, objetos de valor pertenecientes a mis padres, que son los únicos
recuerdos de ellos ya fallecidos”, expresaron.
Al mismo tiempo remarcaron que al dar aviso a
la policía, los uniformaron actuaron con celeridad, y se sintieron contenidos,
pero pese a esto pasaron seis meses y no hay nada firme sobre el esclarecimiento
del millonario robo.
- ¿La Policía llegó rápido?
Sí. Se da aviso a la policía, quienes actuaron
a la brevedad y cabe destacar que nos sentimos muy contenidos y acompañados. Se
presenta primeramente un oficial femenino, argumentando estar sola, porque el
resto del personal se encontraba en otros procedimientos (dos casas hasta el
momento denunciadas, en las que actuaron de la misma manera, y otros hechos).
Todos los hechos se dieron dentro del mismo
período de tiempo, entre las 19 a 23 del viernes 5 de julio.
- ¿Qué les dijeron en primera instancia los
investigadores?
Posteriormente llegan dos oficiales de
investigaciones (masculino y femenino) disculpándose porque venían de otros
procedimientos: robos en viviendas y de "levantar" a un muerto. Con esto percibimos con preocupación la falta de personal suficiente en la ciudad,
para atender a todos los barrios en casos de este tipo de inseguridades que
surjan al mismo tiempo.
Dentro de la casa, los oficiales consultan por
teléfono a colegas y concluyen que no van a buscar huellas porque había mucho
desorden y no se pueden tomar sobre
madera o aberturas de aluminio y porque los vidrios estaban demasiado
"limpios" por lo que no se veían huellas. En definitiva tomaron fotos
de los ambientes, solicitaron que al día siguiente nos presentaramos para
realizar la denuncia, nos dieron
autorización para que se ordenara la
casa y se retiraron.
- ¿Había alguna pista de entrada?
Nos dijeron que tenían sospecha de un vehículo
Toyota Ethios gris con vidrios polarizados con tres personas. Los mismos que
habían sido vistos en los otros robos y que los tenían conocido con
anterioridad y que sabían que venían de Córdoba desde el mes de mayo.
Días después el oficial de Investigaciones
reconoce que por los domos, solo pudieron seguirlo hasta la salida a la ruta
19, pero no fue posible "ver" la patente ya que salió "borrosa",
pero iban a solicitar al peaje las grabaciones de las cámaras para identificar
al vehículo. Pasado dos meses, el mismo oficial de investigaciones reconoce que
aún no tenían las grabaciones del peaje, por demoras burocráticas en el sistema
judicial.
- Hablaron con otros vecinos damnificados…
Sí. Es importante, destacar que nosotros
contactamos a otros vecinos de barrios damnificados también, quienes nos
compartieron un video de cámaras de seguridad del barrio, donde se ve al Toyota
Ethios gris polarizado. Se le envía este video al oficial de turno y éste
reconoce que el video era de un mes atrás. Por lo que se presume que estos
ladrones, tienen una buena logística en San Francisco, para armar los robos y
son habitués de esta ciudad, al punto de estar identificados, pero libres hasta
el mes de diciembre.
Consultado a vecinos del entorno de nuestra
casa reconocen haber visto a un auto de las características citadas (auto gris
polarizado) estacionado frente a nuestra vivienda. Lo importante que sería dar
aviso urgente a la Policía para prevenir robos, cosa que no hicieron.
En realidad ni este robo ni ninguno de los
acaecidos ese día no aparecen publicados en los medios gráficos o audiovisuales
de la ciudad (Excepto Up), hasta recién el mes de diciembre pasado, que nos
encontramos con la noticia que de 4 integrantes de la banda, se apresaron 3 y
el cuarto aun seguía prófugo. Sin embargo la Justicia todavía no tiene pruebas
firmes de que hayan sido los mismo que ingresaron a nuestro domicilio.
- ¿Cuál es la sensación?
Impotencia, dolor, inseguridad en cómo seguir,
cómo se vuelve a confiar. Somos trabajadores de clase media, por lo cual todo
lo que nos robaron lo adquirimos con el “sudor de nuestra frente", laburando
casi 40 años en la misma ciudad que nos vio nacer y en la cual todo este tiempo
nunca sentimos tanta impotencia, inseguridad y muchos porqué, intentando
preguntar también el para qué nos ocurrió.
- Pasaron seis meses…
Con el tiempo ya transcurrido (6 meses) aun la
impotencia perdura, la seguridad que nos transmitieron el personal policial, se
va transformando en más impotencia, al ver la lentitud (burocracia) de la
Justicia, que provoca que en el "mientras tanto" los chorros
continúen con su accionar con total libertad (más allá de lo logrado hasta hoy).
- ¿Cuesta reponer lo robado?
Algo de lo material, con mucho esfuerzo
nuevamente se irá recuperando (según las prioridades) pero lo mas difícil de
superar (aún hasta hoy), son las sensaciones
de temor, el estar constantemente a la defensiva (sobretodo a la noche) sintiendo que se puede volver a
repetir. Sensación de pánico
(controlado), y ese constante cosquilleo
en la panza y falta de aire , cada vez
que entramos a la casa y abrimos la primera puerta, aún estando rodeados (a partir del hecho) de
alarmas, cámaras y estar monitoreados
las 24 horas, en todos los ambientes de
la casa. Nos sentimos nosotros presos, cuando en realidad los choros deberían
estarlo en su totalidad.
También otra sensación que te queda (y casi
imposible de borrar) es la de una violación de tu segunda intimidad: la primera sería tu propio cuerpo ( que debe ser
terriblemente peor e imborrable) y la segunda la otra, que sería lo más íntimo
desde el punto de vista familiar, que es tu hogar.